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MUJERES CON VIDA DE PELÍCULA: Elisa Forti: La “Nonna” que corre

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Cuando Elisa llegó a Argentina no solo dejó la guerra en Italia, sino también los lagos y la montaña. Por necesitar moverse descubrió el deporte mientras criaba a sus hijos. Hoy, con más de ocho décadas sobre su espalda, disfruta la libertad de cruzar los Andes con sus nietos e inspira a runners de varias generaciones.

Elisa nunca se cansa. Se disculpa por no haber podido atender en el horario acordado debido a que prolongó unos minutos su trote diario a orillas del Río de la Plata. Antes de eso, la bisabuela de 87 años estuvo de visita en un colegio y se entretuvo con las preguntas de los alumnos. Le extrañó que tantos chicos se acercaran a ella para saludarla y sacarse alguna foto. “El tiempo me da, pero a veces llego tarde. Me encanta levantarme a la mañana sabiendo que tengo que cumplir con las obligaciones”, explica con calma.

Antes de emigrar a la Argentina, Forti vivió de pequeña la Segunda Guerra Mundial. “El ser humano es el animal que mejor se adapta a cualquier situación. Te acostumbras a los bombardeos, a que la comida escasea, a ir a la escuela mojada y con frío, a estudiar a la luz de las velas”, relata. A duras penas iba a la escuela y menos aún realizaba deporte, a pesar de que Mussolini había puesto la gimnasia como materia obligatoria. Al vivir en Como, un lugar montañoso rodeado de lagos y ríos, se la pasaba al aire libre. “Tengo una foto subida a la espalda de mi padre, que me llevaba a cerros de 3000 metros de altura. Jugaba en la calle. En invierno nos tirábamos con trineo, en verano pedaleaba al colegio y nos quedábamos en el bosque a recoger flores y semillas”. Llegó a Buenos Aires y encontró todo llano y sin verde pero se anotó en el club River Plate para jugar al vóley 40 años y luego al tenis.

“La nonna que corre” lleva más de una década sumando kilómetros en zapatillas. Ganó notoriedad tras hacer en cinco oportunidades El Cruce –la carrera de tres días que une la Argentina y Chile en la Patagonia–y convertirse en referente y fuente de inspiración dentro y fuera del mundo del running. “Al principio sentía injusticia de que me alabaran, porque yo estaba haciendo algo que me gustaba, que no me costaba. Me lo sigo diciendo, pero al mismo tiempo siento que la gente se emociona con mi historia y ando feliz”. Elisa es protagonista de un documental sobre su vida y se dio el gusto de regresar a correr a su pueblo natal y reunir allí cuatro generaciones gracias al deporte.

“En una de mis primeras carreras en Salta, me siento llamar, me doy vuelta y un joven me saluda, me besa y  me abraza. Me contó que un año atrás estaba tirado en la cama haciendo zapping y de casualidad me vio en la TV. A partir de eso se replanteó su forma de vivir y él también comenzó a correr. ‘Gracias a vos es mi primera carrera’, me confesó emocionado. Uno no sabe donde germina la semilla”, recuerda la bisabuela. “En otro evento, en pleno trote, se me prendió un muchacho. Quería hablar conmigo pero, para no retrasarlo, le propuse vernos después. Al llegar, sollozando, me comentó que nunca se olvidará de mí. Parece que algo genero en las personas”.

Ella no vive el día a día, sino que disfruta el minuto a minuto. “¿Cómo voy a dejar el trote para mañana si no sé si me levanto? Hoy puedo y lo hago, estoy de pie, mañana no sé”, plantea Forti. “Cuando tengo algo en la cabeza, es difícil que me puedan sacar la idea. Mis hijos me recibieron de mi primer cruce de los Andes con un cartel que rezaba ‘Por ser dura lo lograste, pero cómo nos hiciste sufrir a nosotros’. Al principio tenían miedo, pero se acostumbraron y con el tiempo comenzaron a sentirse orgullosos”, agrega.

A Elisa se le agrandó el círculo social gracias al running. “Nunca fui de salir a tomar el té ni ver vidrieras. Cuando jugaba al vóley o al tenis, ni bien terminaba me volvía a casa a hacer las labores y  cuidar a mis hijos. Antes era una persona muy encerrada, muy tímida que pensaba que lo que pudiera hacer yo a quién podía importarle. Correr me dio mucha seguridad. Con esto voy al río y me saluda todo el mundo. Jamás pensé que se podía vivir tan intensamente a mi edad. Sinceramente no sé mi edad. Estoy muy conforme de tener mis años, mis arrugas y mis canas”, confiesa la “nonna” que cambió su manera de ver la vida y empezó a correr.

UNA VIDA DIGNA DE UN DOCUMENTAL

“Cómo corre Elisa” es el nombre del documental que retrata la vida de Forti. En el film se la ve corriendo una carrera de 21 kilómetros, acompañada por su familia, en Lombardía -la región de Italia donde nació, creció y tuvo que abandonar en 1948 por la Segunda Guerra Mundial-.

TRAILER: 

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Enlace película: https://play.cine.ar/INCAA/produccion/7641

Instagram: https://www.instagram.com/elisaforti1/?hl=es

Juan Pablo Calviño D’.
Preparador Físico & Maratonista.
Entrenador a distancia.
@jpcalvi

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