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Inspira para crecer y crece para inspirar

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¿Por qué nací corredora? Hola, soy Alejandra Sarmiento, tengo 41 años, soy esposa, mamá, tengo un negocio y soy corredora.
Sé que corría desde antes de que naciera, mi mamá me contaba que trotaba en un parque conmigo ya embarazada. Desde que tenía cuatro años me llevaba a clases de karate, gimnasia olímpica, natación y ballet, no podía faltar a ninguno, era como empaparme de todo un poco y así poder decidir qué me gustaría en la vida.

Por otro lado, me gustaba correr y andar en bici y los días más fascinantes eran cuando llovía, me gustaba salirme, andar y correr y ganarle a todos los niños, eran de las mejores cosas que me podían pasar en el día. Era chistoso, pero a veces veía cómo los niños lloraban porque les ganaba una niña, osea, yo.

Cuando cumplí 16 años, tuve la inquietud de saber más sobre el deporte que según yo ya existía y que contemplaba todo lo que a mí me gustaba: “el triatlón”. Ahí conocí a grandes atletas que ahora son excelentes entrenadores, busqué estar con los mejores coaches que en aquel entonces ya tenían buena fama como Ricardo Marmolejo, entrenador de natación y Rubén Ordoñez, del equipo Albatros, para correr.
Ahí conviví y crecí junto a triatletas profesionales, me fui formando poco a poco, llegué a ganar mi categoría en México y en el mundial en Cancún 1996, calificando con el tiempo de 2:21, tiempo en el mundial de 2:19 lugar 26.
En algún momento pensé que no iría a esta competencia, la verdad me tardé en calificar como 8 triatlones antes de que esto sucediera, no fue nada fácil, tuve que tener mucha disciplina, constancia y lo más importante soñar y no desistir, pensar en que en algún momento lo lograría… ¡Y así fue! Cada momento tiene una historia.

En 1997 nos fuimos al mundial en Cleveland ya con mi calificación del año anterior, todo fue más relajado y con un tiempo de 2:20, ese mismo año califiqué al mundial en Italia Ferrara. Sabía que mi  fuerte era correr y podría explotar al máximo esa cualidad. Nunca había corrido mejor, representar a mi país fue de las mejores sensaciones que me pudo pasar y quedé en 8º lugar mundial, lo cual para mí fue increíble.

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En todo ese tiempo mi entorno cambió, conocí gente nueva, tenía amigos diferentes. No me di cuenta que era un estilo de vida porque siempre lo había vivido así. A veces me preguntaba por qué somos tan pocas mujeres, por qué no vienen, por qué prefieren tomar café o ir a desayunar, por qué se quedan en sus casas y se olvidan de ellas. Y las que trabajan es imposible que corran, ¿a qué hora? Todo se resumía a que éramos 20 o 30 chavas por carrera y que las que estábamos era por el querer estar ahí.

Esto lo supe cuando un domingo durante mi entreno en bici, me atropelló una mujer que venía de una fiesta. ¿Cómo? Yo entrenando muy temprano en domingo y hoy alguien que regresaba de su fiesta a las 7:00 de la mañana había cambiado el rumbo de mi vida.

Después de mi rehabilitación me quedé fuera de la temporada de triatlón y pensé en hacer algo grande, algo que ameritara que ese año 2000 no se fuera vacío. ¡Pues un maratón! Y me inscribí al maratón de Chicago.

Estuve entrenando mañana y tarde pero la verdad no sabía a qué iba. Miles y miles de corredores estábamos ahí para esa cita. Hice 3:02 ¡no lo podía creer!, para mí era increíble y la verdad me fui llena de felicidad, además por ver aquella inmensidad de evento.

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Ya emocionada con Chicago me fui al medio maratón de Austin el 10 de febrero del 2001 con mi novio que también era corredor, disfrutábamos ese camino juntos entre lo vivido y la historias por contar, porque para mí correr es compartir. Poco antes de la carrera me dice, creo que estás embarazada. Lo miré a los ojos y le dije: “déjame correr en paz”. Se rió y me lo aseguró en el preciso momento en que no podía pensar en eso, solo en concentrarme porque ya íbamos arrancar.

Hice 1:24 y seguía mejorando, pensaba en que se venían muy buenos momentos en el atletismo pero no, ¡sí estaba esperando un bebé! En el medio maratón de ese día ya tenía dos meses y mi bebé nació en septiembre, no podía creer que había corrido embarazada a ese paso, ¡realmente era increíble!

El doctor nos dijo: “este bebé que está por llegar a sus vidas, cuídenlo, ámenlo…porque no hay seres más hermosos que nuestros hijos”.

Desde ese momento ha sido mi compañero incondicional, dejé de correr a los siete meses e hice natación hasta el final. Si tu salud es buena y la vida te lo permite puedes hacerlo, no hay pretextos. En nuestra vida lo incluimos como algo mágico, mi esposo me compró la carriola de corredores y así podíamos turnarnos para entrenar, por ejemplo, él daba dos vueltas al bosque y yo una y así.

Decidí regresar al maratón porque según yo tenía deudas pendientes con él, la vida es maravillosa porque te dice cuándo parar, cuándo hacer pausa y cuándo avanzar, nada es fácil y hay sacrificios, también te cuestionas por qué seguir corriendo si estás en otra etapa de la vida y es muy sencilla la respuesta: porque me gusta y ¡esto es mío!

Decidí hacer el maratón de San Francisco, yo creo que éramos como 1000 corredores cuando mucho, mi esposo y mi hijo eran los mejores porristas porque me salían por todos lados para echarme porras El primer maratón de mujeres lo organizó Nike, lo más bonito fue que era por una causa: contra el cáncer de la mujer. Creo que este evento fue muy motivante para todas, además hice 3:14 y quedé en 5º lugar con lo que califiqué al Maratón de Boston donde hice 3:09.

Después vino CDMX, el cual terminé en 3:34 y New York, donde acabé en 3:12. Al final, mi cuerpo me pidió descanso porque me dio fascitis plantar durante tres años y por más que trataba de curarla, con nada se me quitaba. Pasé por diversas terapias, diferentes doctores y nada, hasta que me rendí y entendí que todo lleva un tiempo.

Hace tres años regresé y estoy trabajando mucho, comprometida conmigo misma, sabiendo aún más que el correr tiene un sentido, que a la única persona que tengo a mi lado es a mí misma. Las palabras de mi Coach fueron determinantes: “hay que pisar la tierra sin piedad, que lo que te mueva sea el corazón”.

Fui triatleta , duatleta, soy corredora y también soy Spartana, calificada en 3er lugar para el Mundial 2016.

Inspira para crecer y crece para inspirar.

Gracias Vale y a Soy Corredora por leer parte de mi historia

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