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Soy otra después de Spartan Race

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2013-07-13 13.59.42

Esta carta la escribió ayer mi mamá y se las quiero enseñar antes de contarles mi historia.

“Mi nombre es Elena, y quiero contarles cómo un acto de buena voluntad, puede terminar en una maravillosa experiencia, sólo puedo decirles que esta cadena virtuosa comenzó con Sonia Chávez, editora de las revistas Runner’s World y Sport Life, pasó por mí y terminó en mi hija Ana Laura. Mi querida Sonia, te voy a relatar lo que tu regalo hizo por una familia. Una mujer logró cumplir un reto más, fuera de lo que ya había hecho antes, sacarla de su zona de confort. También conseguiste que el mejor marido del mundo cumpliera un reto que parece que como hombres los hace sentir que pueden mover el mundo, que le doliera cada fibra de su alma y saliera muy feliz. Hiciste que una jovencita de 13 años que tiene grandes habilidades y no las conoce, cumpliera un reto mejor que un adulto, que nos demostrara una gran habilidad, que nunca se quejó, al contrario, corrió a lado de mi marido y lo rebasaba y luego trabajaban en equipo, demostrando una gran fortaleza, una que intuía pero que no había visto jamás, pero el regalo más grande que le diste a esta familia mi querida Sonia, fue para mi querida hija Ana, de 18 años, la joven que la genética y su estilo de vida junto con su edad la han hecho sedentaria y enojada de lo que no puede hacer, la que llora cuando vamos a comprarle ropa porque nada se le ve bien o no le queda, la que vive pensando porqué ella no puede lograr los retos que se propone, la mujer que nunca se ha planteado una carrera porque se sabotea a sí misma diciendo que “no puede” antes de intentarlo. Pues bien, esa joven, esa que te platico, completó una prueba que ni ella misma se imaginó lo complicada que podía ser, esa joven que le dio una crisis de asma, pidió salbutamol a un paramédico y decidió seguir, la que subió escaleras llorando y cuando le dije que podía parar, que todos la apoyábamos, ella lloró, se enojó y grito “¡CHINGADOS, YO PUEDO HACERLO!” y siguió subiendo con un costal a cuestas, la que cuando tenía que cargar y le dije que yo cargaba por ella, me dijo, ¡LO HARÉ TODO, QUIERO HACERLO! y caminaba, la que le dio un fuerte calambre y llegaron a ayudarla y decidió seguir…al final 3 paramédicos la apoyaron en el trascurso y siguió pidiendo continuar, cumplió cada prueba, admiré la fortaleza que se ocultaba tras esa aparente máscara de fragilidad. Faltando 100m para la meta le dije “Hija, levanta los brazos en la meta”, comenzó a llorar mientras corría, mientras de mi mano entramos juntas a la meta…lloraba todo lo que nunca había logrado, lo que dejó de lado porque pensó que no era para ella…llegó una joven y terminó otra totalmente diferente, la más adolorida, la más golpeada, la del peor tiempo pero la más feliz……y eso, para mí no tiene precio y con esta nota, te quiero dar mis más sinceras gracias.”

Yo soy Ana, si, la llorona de arriba, y si yo me encontraba enojada porque todos en mi familia corrían y yo no podía, que todos tenían medallas y playeras y yo no, que todos platicaban sus experiencias y yo no tenía nada qué contar y creía y suponía que no iba a poder completar la carrera de Spartan Race. Me encontraba totalmente convencida de que no lo lograría tanto que le dije a mi mamá que no lo iba a hacer un día anterior en la noche.

Dos horas antes de la carrera, de ida al Estadio Azteca, le comenté a mi mamá que mejor sí quería hacerlo, por cierto con mucho temor, me cambié en el carro, me puse lo que me encontré y cuando llegué al estadio afirmé: “Dios mío, a dónde me fui a meter”, veía a mucha gente emocionada y preparada para esta competencia y la verdad yo ni siquiera había entrenado nada…lo único que puedo correr son 2 km jaja. Cuando ya estábamos adentro me dijo mi mamá son 5 km de obstáculos y yo me quedé atónita, totalmente asustada, entramos y los nervios me mataban cuando la carrera comenzó dije ¡SI PUEDO! Pero, no había pasado yo creo ni un kilómetro cuando comencé a caminar y dije..¿A DONDE ME FUI A METER? Por mi mente pasaba que no podía, que no lo lograría, comenzamos a subir las escaleras del estadio Azteca y sentía que moría… les comento que soy asmática, me dan crisis y acabo siempre con nebulizaciones en el hospital.. y así me sentía. Pensé que me iba a morir en un hospital, la gente me decía que si necesitaba un paramédico y yo les decía que no, cuando verdaderamente sí lo necesitaba llegué hasta arriba y me mandaron un paramédico, me dio mi medicamento y me dijo que si me ayudaba a bajar para quedarme a descansar FUERA DE LA COMPETENCIA y le dije ¡NO!, quiero seguir, quiero mi medalla y mi playera. Cada obstáculo tuvo lo suyo, dolor, lágrimas, coraje más dolor, suplicas a Dios, pero también me soñaba llegando a la meta logrando esta competencia.

No sé si tenga sentido para ustedes pero… lo que me hizo continuar era porque quería tener mi propia y primera medalla y mi playera, todo fue por eso.

Todo el camino decía SI PUEDO, SI PUEDO, SI PUEDO, la gente que pasaba a los lados de mi se me quedaba viendo como si dijera: “se está muriendo y aparte hablando sola” jajaja,  reitero que no tengo nada de condición, nada de entrenamiento, nada de técnica de respiración y mucho menos súper pantorrillas, pero tengo mi fuerza y mis pensamientos siempre positivos.. hice el Spartan Race en 2 horas 50 minutos exactamente, se me hizo eterno pero después de terminar 3 veces en los paramédicos, que por cierto, los conocí a todos porque unos les hablaban a otros y así jaja… no soy la mejor corredora, ni la que tiene mejor tiempo pero ¡SOY LA MUJER MÁS FELIZ CON MI PRIMERA MEDALLA SPARTAN RACE Y MI SUPER PLAYERA!, no tienen idea de cuánto trabajo me costó… todo el trayecto lo hice como pude, pero estoy feliz de haberlo terminado y agradecida con mi SUPER ENTRENADORA, ¡mi madre! Ella tiene una excelente condición y podía hacerlo todo sin problema, pero ella se quedó conmigo para gritarme ¡Ana si puedes!, ¡Ana eres más que esto!, ¡Ana ya mero llegas a la zona de hidratación!, ¡Ana no te vas a rendir ahorita después de todo lo que has hecho!. Me regañó, me ayudó, me decía que descansara, hasta me amenazo con subir una foto en el “face” de mi suplicio, (me río), etc. Pero al final lloré con ella y mis lágrimas eran para ella, era para demostrarle que estaba agradecida y que no sé cómo pero lo había hecho con ella.

Hoy les platico esto porque sé que existe mucha gente con muchos complejos como yo, enojada con la vida porque no sabía que era lo mío, porque yo decía que no podía hacer nada, no podía hacer lo mismo que mi familia por mi sobrepeso, sin embargo, mi novio me hecho porras desde Guadalajara y mi familia me dijo que si podía hacerlo. Y hoy mi perspectiva cambió de forma radical aunque me encuentre TOTALMENTE destrozada, sin poder mover, en estos momentos, los brazos, abdomen, piernas, pantorrillas, espalda, etc. Hoy mi pensamiento es… ¿SI PUDE HACER UN SPARTAN RACE QUE NO PUEDA HACER MÁS?  y por cierto, ya me inscribí a clases de natación y hoy más que nunca estoy segura que cumpliré otro reto, la travesía Barra de Navidad – Melaque, competencia de 3.5km de nado en aguas abiertas…y quien sabe a dónde más me llevará esta competencia del sábado, es el inicio y si yo empecé, muchas jóvenes que no creen en ellas mismas, lo pueden hacer, no saben de lo que son capaces y espero que tengan la confianza de que si yo pude, seguro ustedes podrán. Yo creo en ustedes, estoy segura que al igual que yo, tienen una maravillosa experiencia guardada y que les falta atreverse a retarse y contarla¡salgan y búsquenla!

2013-07-13 10.00.09

¡Esta soy yo!, en la centro acuático Scotiabank sólo era espectadora, hoy estoy entrenando ahí preparándome para mi próximo reto. ¡Aquí estoy antes de enfrentarme a él.

Ana

😀

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